21 junio, 2013

En el centro de Europa


Nos hemos mudado a Luxemburgo (ciudad capital: también Luxemburgo) y tenemos aquí pocos días. ¿Las primeras impresiones? Pues como todo, tiene pros y contras: 


Pros

Obviamente, más trabajo y mejor pagado (nos  hemos mudado por trabajo). Dicen que Luxemburgo es el país con mayor PIB per cápita. A pesar de eso creo que Suiza es aún más equitativo y justo, ya que el salario mínimo allá (36,400 dólares al año) es más alto que el de aquí (28,834 dólares al año). 

Luxemburgo es una  ciudad muy internacional y multicultural: debido a que es la sede de varias organizaciones (Banco de Inversión Europeo, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, etc), y casas matrices de varias empresas (Amazon, Skype, Dupond, Ferrero, etc), ésta ciudad está llena de gente de todos lados. Cuando se camina por la calle se pueden escuchar varios idiomas. Como consecuencia, aquí no seremos una pareja ‘rara’ (suizo casado con mexicana viviendo en un tercer país). Aquí somos una pareja estándar. El 40% de la población de Luxemburgo es extranjera. En muchas empresas y organizaciones se trabaja en inglés, así que espero poder volver a trabajar en este idioma. 


Es uno de esos raros –avanzados- países que son muy Family-friendly, es decir, te dan incentivos o pagas extras por estar casado, por cada hijo… y si eres mamá trabajadora te dan hasta un año de maternidad, son flexibles con los permisos por razones familiares, etc. 


Ciudad verde muy verde. Por supuesto, con tanta lluvia las plantas crecen. Además, en Luxemburgo hay parques preciosos como el parque más cercano a donde vivimos (el Parc Merl) o el parque que está en el centro de la ciudad –Parc Ed J Klein- que incluso tiene un barco pirata en donde los niños se vuelven locos por jugar (cuando hay ‘buen’ clima). Apenas se asoma el sol corremos hacia el parque en donde a veces me pongo a platicar con otras mamás que están ahí (todavía no puedo decir que son mis amigas pero de eso a nada...) Me llevo bien especialmente con las españolas (más que con las latinoamericanas extrañamente, no se a qué se deba. Mis mejores amigos en Europa casi siempre son españoles).

Yo en el Parc Merl disfrutando de un día medio soleado



Entre otras cosas pero no menos importantes: tenemos un departamento más grande (ya no cabíamos en los 50m2 que teníamos en Italia y menos con un bebé). Ya me urgía más espacio. 


Contras


El primerísimo lugar se lo lleva el clima: nublado, lluvioso y ventoso casi siempre. Inviernos largos muy largos. Yo necesito MUCHA LUZ para estar de buenas. Mis expectativas para este verano son…pues nada, no ver el sol ni sentirlo en mi pielecita más de 4-5 días seguidos. En el mejor de los casos creo que el verano durará un par de semanas aquí. Ya había vivido antes en lugares europeos famosos por su mal clima (como Bruselas por 3 meses o Londres por año y medio), así que espero que no me sea tan difícil adaptarme pero claro, es diferente salir con lluvia estando sola que con un bebé incluyendo cochecito, pañalera, juguetes, manta, paraguas, potito para almorzar… ¡ufffffffffff! y es que aún no tenemos coche (voy a pie a todos lados).


El idioma: en Luxemburgo se habla alemán, francés y luxemburgués (mezcla de francés y alemán). Yo no hablo ninguno de los tres. Mi francés es malísimo así que no puedo pretender que lo hablo porque una conversación decente no podría tener. Ya me ha pasado unas 5 o 6 veces que llego a un negocio, pido algo en inglés y no me entienden así que hago el esfuerzo de pedirlo en francés y hasta ahora, me he podido dar a entender con mi francés mediocre.

Ciudad hecha para coches… y no tenemos coche… Luxemburgo es una de esas extrañas ciudades europeas que favorece a los coches más que al peatón. El caminar aquí no es tan agradable como en otras ciudades.  La verdad es que estoy un poco molesta con el tema del coche porque no sabía que se necesitara tanto (el supermercado de precios mejores, el Auchan, nos queda lejos y lo ideal es llegar en coche, especialmente con un bebé). 


Ciudad cara cara cara… claro, pensarán ‘pero los salarios son mayores’. Ok, sí, estoy de acuerdo pero me duele mucho cuando pago 15 euros por un medicamento que en Italia me costaba sólo 9 euros (y es exactamente el mismo). En general todo es más caro: el alquiler, la comida, etc. Aunque ya voy conociendo dónde ir para no pagar tanto, por ejemplo, por un sándwich. 


El aeropuerto no está muy lejos de la ciudad así que se escuchan los aviones en casi cualquier rincón. Pero, por otro lado, tener el aeropuerto cerca es una gran ventaja cuando se viaja. 

Pues esas son mis primeras impresiones. Creo que es un lugar bueno para que petit tremblement de terre, mi bebé, crezca por un tiempo. No puedo quejarme tanto: ‘Es un lugar tranquilo, seguro, con buena calidad de vida, muy internacional y en el centro de Europa….’ 

Es lo que me repito a mi misma cuando no veo la hora de meterme a un avión y escapar a México porque estoy harta de tantas mudanzas y comienzos desde cero… además de que me siento sola porque aún no tengo amigos con bebés y necesito de esos porque los planes cambian cuando se tienen bebés: ya no puedes ir de copas... más bien quieres ir al parque por la tarde o ir a almorzar. Aunque tenemos aquí algunos amigos que estudiaron con mi esposo el doctorado y que ahora trabajan acá también. Y mi familia –hasta la familia política-, como siempre, está lejos.


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