23 noviembre, 2011

La tradición de torturar con gracia para convertirlo en espectáculo y negocio

Matar por diversión es una de las peores situaciones que se me pueden ocurrir. He tenido la desgracia de ir a las corridas de toros dos veces en mi vida (porque me llevaron, yo era muy pequeña para decidir). Y como adulta me declaro abiertamente anti-taurina.

Mi esposo me preguntó una vez ¿Por qué te indignan tanto las corridas de toros si hay otras situaciones horribles en el mundo como la ablación? Culturalmente, las corridas de toros son algo más cercano a mí y me da mucho coraje (de verdad me enojo) cuando veo en el facebook fotos en las corridas, con la sonrisa y hasta presumiendo que se está ahí. Como si hubiera motivo de orgullo. He tenido que hacer ‘unfriend’ a algunos que ya me tenían cansada.

A muchos quizá los educaron haciéndoles creer que esta tradición es normal y hasta hermosa pero yo me pregunto ¿No son capaces de usar el sentido común y ver las barbaridades que aplauden y hasta pagan por ver?

Para mí, las personas que van a ese tipo de eventos (que no puedo llamar deporte ni arte), es porque nunca han sido capaces de cuestionarse, como buenos ‘borregos’, ni han tratado de pensar: ¿Vale la pena seguir celebrando y conservando una tradición retrógrada que incluye torturar y matar a un animal sólo por diversión y placer? ¿No es esto un evento tipo ‘época de los romanos’ o ‘la inquisición’ de cuando ni la vida de los seres humanos valía algo? ¿Es esto humano? ¿Evolucionado? ¿Tenemos el derecho de quejarnos de la violencia cuando enseñamos a los niños y jóvenes que está bien torturar y matar por nuestro placer egoísta?

Lo siento, pero me parece algo enfermo y sádico disfrutar y divertirse con la tortura y la muerte. Se tiene que gustar de la violencia para ser fan de las corridas de toros ¿o no?... Se tiene que sentir placer, morbo y emoción al ver sangre y dolor, de lo contrario no me explico cómo se puede apreciar un acto así. Claro, cuando la gente se junta para cometer o disfrutar un acto violento, parece que sólo hay un cerebro. Como mencioné, es como en la inquisición: cuando se quemaba a alguien, la gente del pueblo, se reunía para ver el ‘espectáculo’… y lo disfrutaban. La gente compartía un cerebro en ese momento y hasta se aplaudía el ‘arte’ del verdugo.

Los toreros en España son celebridades (al menos en México no tanto), y cuando se ligan a una famosa actriz o modelo bueno, hay apariciones aseguradas en la prensa del corazón. Hay que ser ‘muy macho’ (no quiero decir valiente) o sentirse una divinidad para disponer de la vida de un ser vivo así. Los humanos creemos que tenemos el poder de hacer de la naturaleza lo que queramos (unos más que otros). Por cierto, no sólo las corridas de toros son un motivo para sentir pena y asco por la humanidad, también el toro embolado.

Hay que sentirse muy superior para disfrutar esta aberración en donde al pobre toro, para restarle fuerzas, antes de la corrida se le clavan alfileres en los genitales, se le pone algodón en la garganta y líquidos cáusticos en los ojos para dificultar su visión. Además, se le hacen incisiones en las pezuñas, donde se le pone una sustancia corrosiva que le produce ardor impidiéndole mantenerse quieto. Se le desorienta. Un día antes de la corrida le recortan los cuernos, le cuelgan sacos de arena en el cuello por horas, lo sumergen en agua y cal toda la noche para ablandar su piel y facilitar la introducción de las picas, lo encierran en un lugar oscuro para que, al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y sus intentos de huir parezcan ferocidad.

Y aún así, sabiendo de esta preparación ¿Hay gente que se atreve a decir que es una lucha de uno a uno y disfrutarla? Desgraciadamente sí, muchísimos. No me sorprendería que muchas personas que van a los toros no sepan esto. Dudo que muchos hayan sentido curiosidad por conocer más sobre esta tradición. Lo único que les interesa es mostrar que son parte de ese grupo ‘culto y selecto’ de gente bien que va a las corridas (aunque entiendo que en México hay un gran complejo de sentirse ‘europeo’ porque ser ‘indígena’ es muy naco para la mayoría).

Después de toda esta ‘preparación’ del toro, hay que ser muy sádico para divertirse cuando al toro se le introducen puyas de hasta 14 centímetros o cuando el ‘matador’ (forma alegante de decir asesino) atraviesa al toro con una espada de 80 centímetros que puede destrozarle el hígado, los pulmones, etc. Se tiene que ser insensible para ver morir a un toro ahogado en su propio vómito de sangre o apuñalado en la nuca con una espada que le seccionará la médula espinal. El toro sigue consciente para ver cómo aquel ‘acto cultural’ termina en el arrastre. ¡Qué hermosa es esta tradición española y que gente tan culta y evolucionada la presencia!

Para colmo, los taurinos de corazón dicen ser amantes de los animales y que sin ellos esta raza no existiría. ¡Hay aja! La eugenesia de los ganaderos ha sido necesaria para crearlos y mantenerlos. Palabras que para mi gusto son fascistas, se usan indiscrimidamente como ‘linaje’ o ‘casta’. Se ha cruzando y recruzado a los toros más violentos para crear al toro de lidia y concentrar la agresividad... en seres deformes. Los creamos para destinarlos a nuestro placer cruel y retrógrado.

Ahora menciono los ‘brillantes’ ataques que me han hecho como que soy hipócrita, por ejemplo, porque como carne. Matar por la necesidad de comer y matar por placer son actos muy diferentes. Además, trato de comprar siempre huevos, leche y carne orgánica que me asegura que los animales no son alimentados con hormonas y son bien tratados. No como foie gras, por ejemplo, porque sé que para producirlo se tortura de forma inhumana a los gansos. Ni loca compro o uso algo hecho con pelaje o piel de animales sólo criados para ese fin. Quizá no contribuya mucho a que no sufran pero yo no voy al matadero a sentirme una ‘culta pseudo-española’ ni a sentir placer o diversión viendo como un animal agoniza y muere, como si me hiciera falta.

¿Qué es cultura y gente bonita como Loret de Mola, Belinda, Paty Chapoy o ‘la Chule’ van a verlos? Pues entonces no me molesta para nada decir que soy anti-cultural y no, no soy gente bonita.

Quizá, para un toro, el morir en una plaza sea más digno que en un matadero pero la gente que va a disfrutar de esto, creo que se degrada mucho al asistir y disfrutar de la agonía y sufrimiento de un ser vivo nada más, por su placer… ¿Qué no tienen dignidad humana? Los toros mueren entre su sangre y mierda, chillando mientras la gente grita y celebra el 'arte' del matador ¿Es esto algo noble?

Me han dicho que si no me gustan los toros que entonces no vaya y que respete los gustos. Pues vale, literal: al que no le guste que no vaya. Entonces preguntémonos ¿Al toro le gusta? Lo dudo… ¿Qué soy intolerante? Entonces los que abolieron la pena de muerte o la esclavitud deben de ser tachados de intolerantes también con tan hermosas tradiciones. La crueldad hacia los toros es la misma que nos permite permanecer impasibles ante más violencia.

Afortunadamente, la sociedad cada día es más sensible hacia todo lo que tenga que ver con el maltrato animal. Si razonamos y debatimos, la tauromaquia desaparecerá. La razón los acabará, estoy segura. Torturar a un animal desde sus genes hasta la plaza excluye a la dignidad y a la razón humana.

Si eres de esos que van a los toros y después de leer este post has cambiado de idea, felicidades. Estás contribuyendo a que la humanidad mejore y estás usando el criterio propio para decidir lo que es aceptable o no. Les recomiendo este mini documental de 20 minutos, es una entrevista a Álvaro Múnera, un ex torero colombiano.

Si eres fan de la tauromaquia y quieres comentar este post, abstente de dejarme insultos porque no los leeré y los borraré directamente–y encima sólo me darás la razón a mí. Mejor debate con argumentos. Gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo matizar una cosa.

En España hace mucho tiempo que a los toros sólo van cuatro gatos, casi todos bastante viejos y "de otra época". Lo que trae consigo que muchos toreros sean famosos, sí, pero debido a sus escarceos en camas ajenas y no a lo que hacen dentro del ruedo.

No sé si me explico, no es que de famosos que son se le de importancia a sus ligoteos, sino que si no se aprovechasen de esos ligoteos para venderse en la prensa del corazón... no los conocería ni Dios.

Y es que aquí tanto los pro como los anti pertenecen a un sector muy concreto de la población. El español medio no se plantea el tema ni para bien ni para mal, sino que pasa olímpicamente de él.

Lo cual es bastante triste puesto que se trata de un PROBLEMA que está ahí y hay que erradicar.

Anónimo dijo...

Me olvidaba añadir que con lo de cuatro gatos me refería a las corridas tradicionales, otras cosas relacionadas con los toros como pueden ser los Sanfermines sí gozan de bastante popularidad.

Ahí por lo menos el animal no sale herido, pero me temo que la preferencia por esa fiesta está muy lejos de deberse a "razones humanitarias" y obedece más bien a la cantidad de alcohol que se consume en ella.

Jess dijo...

Hola Anónimo. Muy interesante tu comentario sobre los 4 gatos, muchas gracias. Pues es mi país, en México, hay MUUUUCHA gente joven interesada en esta tradición. Usualmente jóvenes de clase media... lo cual me extraña porque yo creo que, normalmente, son más educados y en teoría deberían de tener más criterio propio. Muchísimas gracias por haberme leído. Saludos hasta ¿España? =D ¡Que viva España!

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