09 abril, 2011

Un bien al mundo cuando comes












Cada mañana me compro mi ‘caffé latte’ en un bar que me garantiza que usa café comercializado justamente (fair trade) y leche orgánica de vacas inglesas (o locales). Y entonces pienso que hago un pequeño bien al mundo porque los cafetaleros en Colombia están pagados justamente. Además, las vacas que produjeron la leche para mi café, no comen hormonas, pastorean en una bella montaña inglesa y su leche es muy fresca porque viene de cerca.

Cuando países como Suiza o Inglaterra no tienen como prioridad en sus agendas la desnutrición de sus ciudadanos, es cuando se puede tener más visión al comer: más sano, haciéndole un bien a los países pobres y al medio ambiente, apoyando la comida local y/o siendo auto sostenibles.

Cualquiera pensaría que es una jalada del marketing para mostrarse ‘socialmente responsable’ pero la verdad es que a muchos consumidores esto nos atrae.

Estas tendencias las vi por primera vez en Suiza hace muchos años y han ido creciendo muchísimo en Europa. Puedo decir que llegaron para quedarse: hay un cambio de conciencia en el consumo, sobre todo en las clases medias y altas (afortunadamente la clase media es enorme en Europa).

Muchas personas, como yo, van al súper y prefieren comprar chocolate que tenga la marca o el logo ‘fair trade’ y que use un empaque reciclable. Incluso muchos productos han tenido que cambiar sus empaques a unos biodegradables o reciclables para evitar que la gente los considere ‘malos productos’ y los compren más.

Fair trade o comercio justo significa que hay una relación comercial justa entre productores y consumidores. El precio que se paga a los productores es justo y les permite una mejor calidad de vida. También significa que los productores funcionan democráticamente, sin explotación infantil, respetando los derechos humanos y el consumidor está mucho mejor informado sobre el origen del producto.

Otro ejemplo es que mucha gente preferirá el jugo que está hecho de frutas orgánicas. La comida orgánica significa que ha sido cultivada sin pesticidas y regada con agua no tratada (natural). O que a los animales no se les ha dado hormonas, han tenido una mejor calidad de vida y se les sacrifica de forma rápida para evitarles el dolor.

Otras personas prefieren comprar comida de temporada ya que es más barata, más fresca y sana (ya que se consume cercana al momento de su recolección) y, además, respeta al medio ambiente (porque sigue el ciclo natural).

También está de moda comprar comida producida de forma local ya que es más fresca, confiable y su consumo contribuye al comercio local. Muchas personas incluso plantan y cosechan frutas y verduras en su casa y son algo autosustentables. Yo tengo planeado tener en mi nueva terraza en Italia mis plantas de albahaca, de cilantro y de algún tipo de chile. Si pudiera, tendría un árbol de limones y otro de manzanas.

Los productos orgánicos o con la marca ‘fair trade’ son más caros pero mi esposo y yo no dudamos en comprarlos. Vale la pena porque es nuestro pequeño grano de arena.

La gente comienza, poco a poco, a comprar menos comida pero de mejor calidad y reciclarla si es posible. Por ejemplo, mi suegra pone todo lo orgánico en un bote que después usa como abono para su jardín.

También se ha comenzado a comer más frutas y verduras. En el Reino Unido, la campaña de ‘5 a day’ (o 5 frutas y verduras al día) se encuentra en todas en las frutas, verduras, sopas o jugos para recordártelo y te dicen a cuantas equivale (ej. Esta sopa equivale a 2 de tus 5 al día).

Buenas noticias: la comida y su producción serán más locales, orgánicas, sustentables, éticas y buenas para el ambiente (…al menos en Europa).

1 comentario:

pepe dijo...

Me gusto mucho tu información,en México nos hace falta mucha cultura sobre este tema, ¡empezare por mí!

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