27 marzo, 2011

Declaración patrimonial



Si se juzgara mi vida solamente por mis pertenencias, sería una ‘pobre diabla’, me explico:

No tengo casa / departamento… bueno… ¡ni una casa de perro!

No tengo un coche, ni moto, ni bicicleta…

Mi posesión más cara es mi laptop (que fue un regalo de navidad) y, después de eso, mi cámara Canon que compré en rebaja. Después estaría mi ropa que es de marcas de mediana calidad tipo ‘Zara’, ‘GAP’ y ‘Benetton’. Lo único de marca cara es mi único perfume.

Mi celular o móvil ni siquiera es de esos generación ‘touch’. No me hace falta, yo sólo lo ocupo para llamar, mandar mensajes y tomar una que otra foto de mala calidad. Tengo una ipod, que compré usada, para poder escuchar música en el gym y cuando viajo.

Toda mi vida cabe en 4 maletas (3 grandes y una pequeña). En el caso de mi esposo, toda su vida cabe en sólo 1 maleta (en la foto se pueden ver sus únicas pertenencias. Sólo falta su laptop, su celular Nokia de esos que parecen que traen chicles adentro, su única chamarra y sus 2 pares de ‘trainers’).

Los anillos de boda -oro blanco- no se qué tan caros sean, fueron un regalo de mi madre y, como eran regalo, no pregunté el precio. Mi anillo de compromiso no dejé que fuera ni siquiera un mes de salario del que es ahora mi esposo (cuando lo compró él era aún un estudihambre de doctorado).

Ok, tal vez sí soy una pobre diabla después de todo. No hemos podido acumular nada por andar de un lado a otro sin una base. ‘Algún día lo tendremos´ - nos decimos. ‘Así como todas las demás parejas…’ – nos consolamos. Lo único que hemos acumulado son anécdotas.

Entre menos pesen las maletas más fácil será moverse.

1 comentario:

Lina dijo...

Totalmente de acuerdo.

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